domingo, 19 de julio de 2009

Mi querida helena...carta nº 60

 
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Mi querida niña, he de confesarte que fueron tantas las cosas que viví y tanta la pérdida de memoria que me cuesta ubicar los acontecimientos tal y como se produjeron, asi que de nuevo confio que tu a traves de las cartas puedas darle el orden que a mi me falta..

Hicimos otro viaje más con la "extraña pareja". Necesitaba darle a Mario una sorpresa que no olvidaria. ¿recuerdas que cuando cumplió los treinta? le inscribí y pague un curso de parapente...no lo podria creer, jamas le habia visto tan feliz, como cuando se tiró de la primera montaña...pues algo así tenia que hacer ahora, tenia que inventar como Sherezade , un cuento cada vez para que no añorase otros brazos, que no fueran los mios, la pena es que tenia que ser con los otros, pero me dijé algo haré para que en el siguiente viaje ellos desaparezcan y podamos hacerlo solos Pablo él y yo.

Veras, un dia llegó hasta mi una publicidad de un viaje a Colonia en Velero. Colonia es un lugar muy mágico que está en Uruguay. Es una ciudad colonial, como si por ella no hubiera pasado el tiempo, está llena de calles empedradas, de coches antiguos (son patrimonio de la ciudad),la primera vez que vi esta ciudad, me parecia que ibamos a cruzarnos con coches de caballos y señoras curiendose del sol con sus sombrillas...bueno que me disperso de nuevo.

Llamé por teléfono para que informaran y me explicaron que era un viaje de 4 dias, dormiriamos en el barco, paseariamos por la ciudad, comeriamos tambien en la ciudad, o sea que solo ibamos allí para dormir. Lo llevaban dos mujeres (parecian salidas de un tango te lo juro, eran un caso. Me dijeron el precio y solo habia que poner la fecha...

Asi que una noche le dije a Mario, te necesito cuatro dias, sin preguntas, tu dame esos cuatro dias, ¿vale?, como siempre él ya estaba loco, le daban pánico mis sorpresas. Asi nació una de las experiencias más bonitas de mi vida...

Llegó el dia que Mario me habia dado, le dije que avisara a su compañero (tenian que ser cuatro en el barco, por eso tenia que llevarmelos,...Aceptaron el reto, y el dia señalado nos dirigimos a puerto...

Yo adoro el mar y mi sueños era adentrarme en un velero que me llevase a ninguna parte...Mario estaba flipando y el resto ni te cuento... a mi el barco me parecia maravilloso, adentrarnos en las cuchetas (camas), el baño chiquitito, la cocina que se balanceaba, y las velas..dios!, esa iba a ser toda una experiencia.Habia empanadas para comer, cervezas, picadas, en fin una delicia.

No quiero detenerme mas en Colonia,porque lo interesante de aquel viaje fue la vuelta. A la ida fué cruzar el rio de la Plata fué un poco decepcionante, no habia viento y el velero iba despacito sin ninguna sorpresa...pero a la vuelta, Ay ! la vuelta, el dia despertó con una tormenta de no te menees. Ah! se me olvidaba Pablo se habia roto el brazo y llevaba una escayola, de modo que si habia problemas él solo tenia una mano válida. Nos advirtieron que era mejor no salir, pero como allí estábamos un poco locos, decidimos arriesgarnos. (habia habido una regata y en aquella vuelta , dos de los barcos habian llegado con algun destrozo).

Yo estaba fascinada, por fin una aventura de las de verdad.Preparamos el barco y nos dispusimos a salir. Mi querida helena el viento y la lluvia eran impresionantes . Tuvimos que sentarnos todos menos las "capitanas" en el borde del barco para hacer contrapeso, y como pablo no podia agarrarse con el brazo roto, le agarramos entre Mario y yo....el velero aprovechaba las olas y se subia en cada una como si de un caballito se tratara, esa sensación te hacia descargar adrenalina a tope....para no hacerlo muy largo solo te diré que cuando llegamos habia gente esperando en el puerto pensando que no lo conseguiriamos....mientras todos estaban mareados, yo solo temia por Pablo y Mario a la vez que la drenalina subia por mi cuerpo y me sentia tremendamente viva...viva y fuerte, frente a los demás.Para Mario tampoco fué su mejor dia, pero supe que su miedo era pèrdernos a Pablo y a mí y me di cuenta que a pesar de todo aún me queria.

Mi querida Helena, por hoy lo dejaré, quizá tarde un dia o dos en volver a escribirte, como siempre tengo que dar muchas gracias a los amigos de internet (ya te contaré de eso más adelante), lo que decia necesito un par de dias para hablar con ellos.

Te mando un beso grande mi querida navegante..

Violeta.