viernes, 3 de julio de 2009

Mi querida Helena.....carta nº 49.



Mi querida Helena:

Parece que todo vuelver a estar como antes de dejar la medicación, tomo la mitad de lo que tomaba, e irán aumentando poco a poco...pero quiero dejar este tema para más adelante, ya está bien de salud..

La última carta de recuerdos hablaba del momento en que dejé el hospital...evidentemente al dejarlo volví a la vida anterior, de salidas, ocio infinito, de modo que esa sensación de perder el tiempo volvió de nuevo..

Un dia una de las chicas, me dijo, ¿por que no te apuntas a algun curso, de cocina o de cualquier otra cosa?, ( ella era la que estaba estudiando lenguaje de signos)...- no me gustan todo eso me parece un rollo, le dije yo..

Y porque tú que eres tan histriónica no te pones a estudiar teatro?..en Buenos Aires otra cosa no habra pero escuelas de teatro o de bailes de salón o de tango, miles y eso te haria feliz, canalizarias toda esa energia que tienes..

Estas loca, como voy a hacer teatro?..
y porque no?, seguro que cerca de tu casa sin tener que venir a capital hay un montón..y ahí quedó la cosa..

Una mañana me fuí a una confiteria que habia en el barrio de San Isidro y que me encantaba donde hacian las mejores media-lunas que puedas imaginar, ..se llamaba Cibeles, asi que cuando tenia morriña de madrid ese era un buen lugar para ir a leer y tomarme un rico café.

Aquella mañana, terminé mi café, leí el periodico y me fuí a dar un pàseo por el barrio, el azar me hizo pasar por la puerta del teatro Stella Maris, por alguna extraña razón me fijé en él, recordando las palabras de mi amiga, cuando ante mis ojos apareció el cartel..Apertura del curso de teatro, inscripciones..etc,.Algo hizo que se me encogiera el corazón...

Desde que era niña, recuerdo que cogia un palo de la calle para que hiciera de micrófono y con las vecinas sentadas en corro yo imitaba a las cantantes de turno, recuerdo una vez que mi padre nos llevó al cine a ver las Hijas del Cid, una película espantosa, pero que a mi me encantó y yo dirigia a los niños de mi plaza para hacer la escena en que secuestran a las hijas y me enfadaba con ellos si se lo tomaban a risa....toda mi vida quise ser artista, no importaba de qué, pero queria hacer lo que fuera para que el público me aplaudiese...quizá solo queria amor, la infancia no fue la mejor etapa de mi vida. Bueno que ya me disperso otra vez...

Entré a preguntar por las clases y me dijeron que tenia que pedir cita para hablar con la directora y si ella aceptaba, podia inscribirme. Por supuesto pedí hablar con ella. Cuando salí del teatro, mi corazón latia con fuerza, y empecé a sentirme Sara Bernard, (quizá ya entonces una vez más salia mi bipolaridad), caminaba deprisa queria llegar a casa para soñar e imaginar como seria mi futuro...jamás habia estado tan cerca de un sueño.

No le dije nada a Mario, primero queria estar segura de que me admitirian, despues veria como se lo contaba, las clases eran de 7 a 10,30, un horario dificil de tragar, ese seria el primer escollo a salvar...

Mañana seguiré mi querida Helena, por hoy ya está bien de carta, no quiero que te aburras de tanto leer, un beso enorme, por la carta que me enviaste, me hizo mucho bien leerla...te quiero.

Violeta.